Construcción de un Templo

Comienza la gestación de un nuevo asentamiento, el comienzo de un pueblo nuevo que es diferente al asentamiento militar del castillo de Santa Ana y diferente a los pueblos de donde procedían la mayoría de sus habitantes. Un nuevo pueblo que no tiene nada que ver con Felix, Enix y Vícar. En aquella época un elemento que hace característico a un pueblo y le otorga identidad como tal, es tener una iglesia. En Las Roquetas no existe iglesia, y esto va a ser un cometido de aquellos primeros habitantes. Los habitantes de estos pueblos de la sierra de Gádor que se asentaron en Las Roquetas son todos católicos, descendientes de cristianos viejos, fruto de la repoblación que en 1573 se realizó en Felix y Vicar.

Aunque el Castillo de las Roquetas disponía de su propia capilla, el crecimiento de efectivos humanos, lento pero constante, del núcleo de Roquetas obligó a levantar un templo amplio, decente y capaz para cubrir las necesidades de campesinos, pescadores y militares.

Para un pueblo joven aquella obra suponía una construcción de gran envergadura y para ello es necesario un número considerable de vecinos. ¿Cómo pudo construir tal obra aquél pueblo? Debía de existir una cierta economía que lo permitiera, añadido a un cierto número de población. Pese a ello, la economía de Las Roquetas no podía sufragar los gastos de la construcción. El pueblo recibió la ayuda de las fábricas generales del obispado. Aquellos pescadores y agricultores pondrían la mano de obra, sobre todo para levantar los muros y cerramientos de la iglesia; y el obispado pondría el arquitecto y su proyecto, así como la cubierta de la iglesia.

EL TEMPLO ORIGINAL. PLANTA RECTANGULAR.

En 1742 un grupo nutrido de vecinos de los Cortijos que llaman de Roquetas, insatisfechos por los servicios religiosos que recibían en la capilla de Santa Ana y de la parroquia de Vícar, a la cual pertenecen; deciden la construcción de un templo para la población ya existente. Para recibir sepultura debían de acudir hasta la iglesia de Vícar, distanciada de Las Roquetas a una distancia considerable. Se solicita al obispo de la diócesis fray Gaspar de Molina y Rocha permiso, licencia y ayuda para tal proyecto. Se solicita a las fábricas generales del obispado que sufraguen los salarios del maestro y oficial de la obra, así como el costo de la madera que se utilice. Esta madera sería entregada en Almería ya labrada y los vecinos de Roquetas se comprometían a su traslado de una a otra población. Además los vecinos debían de concurrir a la obra con los peones, mezclas, ladrillo, yeso, piedras y demás materiales necesarios en su construcción. Todo esto se ratifica en escritura pública el 18/07/1742 ante el escribano público de Almería Juan Jiménez. El plazo de ejecución sería de año y medio a contar desde el día de la fecha, siempre y cuando no exista demora. Eran los últimos años del reinado de Felipe V. Transcurre año y medio, y ahora en el trono Fernando VI, ya se encuentra construido la parte perteneciente a los vecinos, pero por motivos que se desconocen hay un incumplimiento de la parte que correspondiente al obispado. La construcción se encuentra con los muros enhiestos y sin cubierta durante más de una década, quedó paralizada y en balsa.

No hay constancia de quien fue el maestro elegido por el obispado para la traza de dicho templo. Es posible que fuera del maestro de alarife almeriense Juan Diego Pérez. Activo a mediados del siglo XVIII en diversas obras civiles y militares realizadas en las inmediaciones de Almería; entre otras, a él se deben la traza y construcción de los dos últimos templos de cubierta mudéjar construidos en el obispado de Almería y, probablemente, en España, Roquetas y Viator. Hacia 1742 debió de trazar la iglesia de Roquetas y, en 1756, se le adjudicó la conclusión de dicho templo, aunque el proyecto documentado de sustituir la armadura mudéjar por una bóveda de rosca de ladrillo no se llegó a ejecutar. También consta que en 1754 se hallaba trabajando en diversos reparos realizados en el castillo de Santa Ana de Roquetas.

El 21/11/1754 llega un oidor de la Real Chancillería de Granada para revisar las cuentas y caudales de las fábricas de iglesias del obispado: Marcos Jimeno Rodríguez. Ordenó pregonar la subasta pública de la parte incumplida por el obispado. Fue adjudicada al maestro alarife Juan Diego Pérez en la cantidad de 18.800 rs. vn. Con ciertas condiciones. Alonso del Campo como maestro carpintero, junto a Juan Diego Pérez, visitó la obra inconclusa de la iglesia. De Alonso del Campo no existe referencias que permitan atribuirle la labra de la armadura mudéjar con la que se cubre la iglesia. Tras consultar acerca de la violencia de los vientos y otros aspectos climáticos de la zona. La conclusión es que la cubierta mudéjar no sería resistente. Ante este informe se decide otro tipo de cubierta para la nave. Se propuso una bóveda de rosca de ladrillo sostenida por cinco arcos, además del arco toral. Los estribos se labrarían de cantería. Al acuerdo anterior se le añade una nueva disposición sobre la cubierta, en la cual los vecinos se comprometían a aportar a Juan Diego Pérez 4.000 rs. vn. (siempre y cuando el maestro del albañilería estuviera conforme con tal cantidad y la que recibiera de las fábricas de iglesias del obispado) y la piedra tosca que ya se encontraba preparada en las inmediaciones del templo. El proyecto va a resultar más caro que en un principio y acorde con las técnicas constructivas y artísticas del siglo XVIII. El 27/04/1756 Marcos Jimeno aprobó el nuevo convenio con diversas condiciones que se fijaron en el mismo, como los plazos de pagos y cantidad, aprovechamiento de la cantería, compra y transporte del ladrillo…

La iglesia se acabó pero no se construyó la cubierta de bóveda de rosca de ladrillo enlosada apoyada en cinco arcos más el toral, sino que acabó cubriéndose con un cajón mudéjar, como el probable proyecto original. Es una posibilidad que no se completara la cantidad económica necesaria para construir una bóveda en vez de madera y por eso se acabó como se había pactado en un principio.

El 7/03/1757 existe el siguiente documento “tener ya hecha Iglesia nueva, la mayor parte costeada por su común y lo restante por las Fábricas Generales deste Obispado”, por lo tanto para esa fecha estaría terminado el templo.

El templo original es de planta rectangular con una una cubierta que es una armadura de par y nudillo con tirantes dobles sobre canes de cabezas talladas. Dicho conjunto era completado por cuatro cuadrales, también sobre canes. Los dos de la cabecera desaparecieron ya en el siglo XVIII. El cuadral es un elemento estructural de armadura de cubierta de madera, dispuesto en un ángulo, para atirantar o afianzar a los tirantes o durmientes que forman dicho ángulo. La decoración de la armadura es escasa y se ciñe a la modesta talla de los canes y en una sencilla decoración de lacería alternada presente en el centro de los tirantes pareados.

Artesonado de la Iglesia

Debido al seísmo de 1804 y a la remodelación realizada en el templo por el INC en el siglo XX, se desconoce como pudo ser la portada o portadas originales del templo. También se desconoce si se construyó alguna portada. Los vanos originales de la iglesia que la iluminan en la actualidad no responden en número y dimensión a los originales. Probablemente existieran cuatro vanos en total, dos por cada lado de la nave.

En la fachada principal, encima de la puerta, pudo existir una cornisa con teja.

Muro en mampostería

AMPLIACIÓN DEL TEMPLO. PLANTA DE CRUZ LATINA.

Construída la iglesia que es una nave rectangular con artesonado mudéjar, comienzan los primeros problemas. El 17/06/1777 hay una carta del recién creado ayuntamiento de Roquetas en el que se indica el mal estado de la iglesia, con ladrillos levantados y quebrados, sin piso uniforme y de tierra. Además de ser una nave  pequeña donde no cabe la población. Esta carta fue dirigida al juez visitador del obispado Benito Ramón de Hermida. Se encontraba por aquel entonces el maestro alarife Andrés de Ramos en unas obras en el castillo de Santa Ana el cual realiza el informe del estado de la iglesia. Indica que es necesario solar el templo, y empedrar o hacer mampostería el reducto de su puerta, así como concluir y techar la torre campanario. Se estipula el total de esta obra en 1.346 rs. vn. 17 mrs.

Se encarga al sacerdote que era el beneficiado de Vícar que ejecute tal obra, pero debido a su salud y al estado de edad avanzado, está decisión recae sobre el mayordomo Miguel Vázquez. Debido a la forma del acuerdo y de los gastos que resultarían de tal reforma, este se niega a asumir el encargo. Transcurre más de un año y todo está igual. En una carta a Miguel Cambronero el 4/12/1778 se pide que interceda para tal arreglo. A los anteriores desperfectos y falta de solería, se añade el hedor que se produce en los meses de calor por los cuerpos enterrados en la iglesia. Se solicita también la construcción de un Camposanto. Se vuelve a incidir de la pequeñez de la iglesia que hace que las personas se queden en la calle por no caber dentro. Se pide que se agrande o ensanche la actual iglesia, la cual hay que recordar que es una nave rectangular.

Benito Ramón de Hermida envía a Juan Antonio Munar, arquitecto neoclásico y discípulo de Ventura Rodríguez. Socio, al parecer de la Real Academia de San Fernando, aunque nunca alcanzó el título de la misma, fue enviado (1777) a Almería por su maestro para que concluyera el Hospital de Santa María Magdalena y otras obras en el obispado de Almería, donde se afincó hasta el final de sus días; en 1779 fue recomendado para que se le asignase la plaza de maestro mayor de fábricas del obispado de Almería, que obtuvo.

Ventura Rodríguez recibió del Consejo de Castilla el encargo de elaborar un informe sobre las condiciones en que se encontraban los templos de la diócesis de Almería y la archidiócesis de Granada, y el de inspeccionar los proyectos para nuevas construcciones. Ya que Ventura Rodríguez nunca llegó a visitar tierras almerienses, tuvo varias personas de confianza que revisaron y consultaban con él diferentes proyectos. Una de estas personas fue Juan Antonio Munar.

El 24/01/1779 Juan Antonio Munar elabora un informe en el cual indica que es muy necesaria la ampliación de la iglesia ya que no alberga ni a la mitad de la población. El diseño que realizó con planta, sección y alzado se ha perdido. Este diseño era añadir un espacio cubierto con cúpula a la cabecera y tres tramos abovedados que confluían en la cúpula. Esto cambiaría la planta del templo, la cual de ser una planta rectangular, pasaría a ser una planta en forma de cruz latina. Los tres tramos nuevos y abovedados con crucero con cúpula originarían la forma de la cruz latina. Junto a esta ampliación se construiría la dependencia de la sacristía y el cementerio.

La nueva obra se construiría en mampostería. Las esquinas se harían de cantería. La cúpula, bóvedas y pechinas se harían de ladrillo bajo falsas cubiertas que sostendrían el tejado con sus armaduras de madera. El montante económico de dicha ampliación sumaría una cantidad de 88.528 rs. vn., sin incluir los salarios del director y del sobrante de la obra. En el mismo informe se indica que la población estaba dispuesta a colaborar en la mano de obra y los medios para el transporte por tierra o por mar de los materiales necesarios, así como la retirada de escombros.

Los años de la ampliación del templo se sitúan en un período de transición donde los maestros de albañilería van perdiendo importancia en favor de la intervención ilustrada de la Academia de San Fernando. Por lo tanto Juan Antonio Munar, discípulo de Ventura Rodríguez, debía enviar todos los expedientes a la Cámara que en función del ejercicio de los derechos del Real Patronato había de revisar cualquier obra que se realizara en las iglesias del reino de Granada. El dictamen facultativo de Ventura Rodríguez con fecha 29/04/1780 aprobó el proyecto de Juan Antonio Munar, a excepción de incluir en el contacto entre ambas obras un arco rebajado que diera mayor seguridad a la obra resultante. También es aportación de Ventura Rodríguez la bóveda vaída del crucero. Juan Antonio Munar había proyectado una bóveda de media naranja y Ventura Rodríguez aconsejó la construcción de una bóveda vaída. Esta bóveda también recibe el nombre de bóveda de pañuelo, muy gráfico y claro de entender por su similitud a la forma (invertida) que adoptaría un pañuelo mojado cuando se cuelga de las cuatro puntas.

Figura bóveda vaída

El informe de Ventura Rodríguez señala que las novedades introducidas en el proyecto alterarían en poco costo el precio final de la obra. Tras la contestación de Ventura a la Real Cámara, el promotor fiscal del alto tribunal se pronuncia el 6/05/1780 aconsejando que la ampliación se realice tal y como propone el informe de Ventura Rodríguez. El 24/03/1781 se pronuncia la Cámara aprobando el proyecto de Juan Antonio Munar con las correcciones de Ventura Rodríguez. El 27/03/1781 se comunica a Benito Ramón de Hermida y al obispo de Almería fray Anselmo Rodríguez la resolución de la Cámara. El 10/10/1781 por un decreto del obispo fray Anselmo Rodríguez se elevaban los colativos perpetuos de la parroquia de Vícar y Roquetas, que por aquel entonces era la misma.

El 25/08/1804 se produce un seísmo que afectó gravemente al templo. Se cayó la torre de la iglesia y se encontraba abierta. ¿Se vuelve a reconstruir la torre?

Testamento de Antonio Alcayna y Guirao el 16/10/1826, la cantidad 2.000 rs. vn. para invertirse en la iglesia; ¿a qué se destinó este dinero?¿se compró una imagen de la Virgen del Rosario?. Se ignora en que se empleó ese dinero. Este hombre natural del pueblo velezano de María, fue cura de Vicar y de su anejo Las Roquetas entre 1783 y 1791.

El estilo barroco es el que determina la nueva ampliación de la iglesia. Los materiales utilizados son baratos. El ladrillo y la mampostería son estos materiales. La mampostería es un procedimiento de construcción en que se unen las piedras con argamasa sin ningún orden de hiladas o tamaños. Es un sistema tradicional de construcción que consiste en erigir muros y paramentos mediante la colocación manual de los elementos o los materiales que los componen (denominados mampuestos), que pueden caracterizarse por estar sin labrar (o con una labra muy tosca). Este sistema permite una reducción en los desperdicios de los materiales empleados y genera fachadas portantes; es apta para construcciones en alturas grandes. La mayor parte de la construcción es estructural. La piedra para su construcción fue extraída de la cantera de El Diablo en Vícar, donde actualmente se encuentra el cementerio municipal de este municipio.

Figura de planta de cruz latina. Se observan las diferentes partes de la planta

La planta es de cruz latina con crucero. No existen naves laterales, ni capillas, ni hornacinas. La cúpula interior es vaída y es de ladrillo. También recibe el nombre de bóveda de pañuelo, muy gráfico y claro de entender por su similitud a la forma (invertida) que adoptaría un pañuelo mojado cuando se cuelga de las cuatro puntas. La cúpula se asienta sobre cuatro arcos torales. Cada arco descansa sobre una pilastra. Estas cuatro pilastras forman el crucero. Esta cúpula interior queda dentro de otra especie de cúpula exterior que forma una torre baja, con una cubierta de cuatro aguas en su aspecto exterior.

Figura arco toral.

Figura de armadura de par y nudillo.

La cubierta de la nave es una armadura de par y nudillo. Cubierta a dos aguas. Cuando para reforzar la armadura a dos aguas se coloca entre cada dos pares un madero horizontal llamado nudillo a dos tercios de su altura. La sucesión de los nudillos da lugar a una superficie plana llamada almizate. Los tirantes son de estilo mudéjar similar a las iglesias de Vícar y Felix.

La fachada con forma de rectángulo, se prolonga en un triángulo. Los lados superiores van al hilo de la cubierta de dos aguas. Se forma un lienzo liso, sin decoración, con el hueco de la puerta principal. Encima de la puerta principal se sitúa una cornisa con tejado (esta cornisa tendrá una evolución). La orientación de la fachada es el Este. En la construcción original existía otra puerta lateral (ahora esta puerta está desplazada) en la fachada Norte, en la cual había un escudo de un obispo. Se ignora de quien pudo ser ese escudo episcopal, pero probablemente fuera del obispo que gobernaba la diócesis de Almería durante la construcción del templo. El obispo en aquel tiempo era fray Gaspar de Molina y Rocha (1741-1760) y pudo ser el escudo de este obispo ya que las fábricas generales del obispado financiaron la construcción. También cabe la posibilidad que fuera del obispo Claudio Sanz y Torres y Ruiz de Castañeda (1761-1779) el cual promovió la edificación de nuevos templos en la diócesis, en muchos de la cuales empleó su rico patrimonio familiar. Además este obispo fue quien concedió licencia para administrar los sacramentos. Aunque la iglesia estuviese construída para 1757, no se permitió que se colocase en ella los sacramentos hasta 1770 o 1772 por temor a las incursiones piratas de los moros, ya que la costa se encontraba bastante desprotegida y existía poca defensa de la población. O de quizás fue de don fray Anselmo Rodríguez (1780-1798) bajo cuyo mandato episcopal se procedió a la ampliación del templo.

Estos son los escudos episcopales que probablemente estuvieran realizados en piedra sobre la puerta lateral.

Escudo episcopal de fray Gaspar de MOLINA Y ROCHA (1741-1760)

Escudo episcopal de Claudio SANZ Y TORRES Y RUIZ DE CASTAÑEDA (1761-1779)

Escudo episcopal de fray Anselmo RODRIGUEZ MERINO (1780-1798)

 

En esta misma fachada, y haciendo ángulo con el crucero, se encuentra la torre, que inicialmente era muy baja. Una torre de estilo mudéjar, similar a las torres de las iglesias de la taha de Almexixar.

En el interior, encontramos el altar mayor delante de la cúpula formando parte del retablo. El púlpito estaba colocado al inicio de la nave central en el lado del Evangelio, adosado a la pilastra. La pilastra es una columna de forma cuadrada o rectangular que se encuentra adosada a una pared. Al pie de la iglesia había un coro con sotacoro interno. El sotacoro es el lugar que está debajo del coro.

Encontramos otras dependencias adosadas al templo. La puerta principal del templo está orientada al Este. La puerta secundaria al Norte. La sacristía y capilla del bautismo también estaban adosadas al lado Norte. Al lado Sur encontramos la casa parroquial con un amplio patio. Al Oeste está el cementerio.

Algunas medidas del templo son las siguientes:

  • Longitud total del templo: 41,40 metros.
  • Altura de la nave central: 12,45 metros.
  • Altura de la cúpula interior: 13,65 metros.
  • Altura de la cúpula exterior: 18,55 metros.
  • Altura de la torre: 19,10 metros.
  • Superficie útil del templo: 380,88 metros cuadrados.

Esta es la solución que se dio para no construir el actual artesonado. Esta techumbre era más propia de finales del siglo XVIII donde el barroco es el estilo imperante

Conclusiones:

Una obra de estilo barroco que crea una simbiosis con el mudéjar del antiguo Reino Nazarí de Granada. La torre primitiva era de estilo mudéjar, la cual ya no existe. Pero si sigue existiendo el artesonado de la nave que es de estilo mudéjar. En el barroco imperante en aquella época lo más usual hubiera sido construir una bóveda de cañón en la nave central. También es importante señalar que esta planta era una construcción barata que edificar. Sin naves laterales, ni capillas, ni hornacinas su construcción se hace más sencilla a la vez que se abaratan costes. Un pueblo nuevo no iba a construir una catedral de la noche a la mañana. Hay que tener en cuenta que la construcción de iglesias es un período que se prolonga en el tiempo, y de ahí que en muchas podamos apreciar diferentes estilos artísticos. Es una constante construcción con añadidos que se van introduciendo poco a poco. Una capilla que se encarga de sufragar una cofradía o familia acaudalada, un órgano musical para la celebración de los sacramentos, una imagen con su respectivo retablo de un autor de prestigio…todo esto es el período de construcción que se prolonga en el tiempo y el cual le va a otorgar un valor artístico a toda la construcción en su totalidad. En Las Roquetas no había nada y se procede a la construcción de una iglesia. Un templo de una sola nave con planta rectangular en un comienzo y que se ampliará con planta en forma de cruz latina y con cubierta y artesonado mudéjar, al igual que su torre. Una iglesia más grande que los pueblos vecinos de Vícar y Felix, pero siguiendo el mismo estilo de lo conocido.

En 1757 concluyó su construcción pero hasta 1770 o 1772 el obispo Claudio Sanz y Torres no concedió licencia para administrar y celebrar los Sacramentos por miedo a alguna invasión por partes de los moros.

Maqueta de la Iglesia en su estado original antes de acomoterse las obras de reforma del INC. Museo Gabriel Cara. www.museogabrielcara.es

Gabriel Cara recoge en su libro de 400 años de historia de Roquetas de Mar la siguiente anécdota en referencia al artesonado. La anécdota en la construcción es la siguiente; sobre el artesonado o techo de la iglesia hay una leyenda transmitida de padres a hijos: cuando los pescadores de Roquetas pusieron las paredes para cubrir aguas, uno de ellos preguntó “y que techo le ponemos”; otro pescador le contestó “nos traemos un barco y lo ponemos boca abajo”. Desde luego el techo de la iglesia representa un barco boca abajo con todos los detalles (como puede ser las bancadas, los durmientes, cuadernas y varengas, escalamotes y quilla), pero es pura casualidad.

El estilo del nuevo templo es reflejo de la idiosincrasia de los primeros pobladores, procedentes de la taha de Almexixar. El techo, similar al de las iglesias de Vícar y Enix, es un artesonado mudéjar que mantiene la fuerte tradición morisca. Quien construye lo hace como siempre se había hecho, templos con influencia mudéjar los cuales tienen poca luz. La iglesia de Las Roquetas es un templo oscuro. Hay documentos de como templos con techumbre mudéjar son modificados y embovedados. Este es el caso de Fondón donde Juan José Fernández Bravo diseñó la transformación barroca del interior de la iglesia, pero conservando la estructura mudéjar, dándole más luz también al templo.

REFORMAS Y AÑADIDOS

REFORMA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

Antiguo Ayuntamiento de Roquetas con la Iglesia ya realizada la reforma del Instituyo Nacional de Colonización

 

El Instituto Nacional de Colonización ejecutó una gran reforma en el templo. En un principio iba proyectada otra iglesia en las inmediaciones de las casas para colonos que el INC proyectó en Roquetas. Esta idea se desestima y se procede a realizar una reforma y ampliación de dependencias en la iglesia existente. Una severa restauración que alteró radicalmente la imagen exterior del templo. Se transforma y se ocultan emblemas. Se construye una nave lateral en su fachada norte, la cual se saca en línea con la torre. Esta nave va a trasladar la puerta lateral y va a ocultar el escudo episcopal que había en su puerta. En dicha nave se va a construir la capilla con su baptisterio. Se construye un esbelto campanario que sustituiría al anterior. Un campanario con los parámetros que se utilizaban en otras iglesias de nueva planta, como si se tratase de una iglesia construida por el INC. Se aumentan el número de vanos al exterior para dotar de más iluminación a una iglesia que ya de por sí es oscura. De cuatro vanos, dos a cada lado, se pasa a ocho vanos. Cinco vanos en su fachada norte y tres vanos en su fachada sur. En el frontal en su parte superior, donde la fachada hace un triángulo con la cubierta se abren otra serie de vanos más pequeños. En total nueve vanos que forman la figura geométrica de un rombo. Sobre el porche o tejado que cubría la puerta principal se realiza una especie de porche rectangular que se inicia desde el suelo y acaba en el antiguo porche o tejado. En la cubierta se colocan tres cruces entrelazadas.

En el altar mayor se colocan siete tablas del pintor almeriense Jesús de Perceval de tema mariano.

Dicho escudo episcopal se encuentra tapado actualmente. Se intentó recuperar en la restauración de 2005, siendo párroco don Manuel Cuadrado Marín. Dicho escudo no pudo recuperarse, ya que aunque se encuentra incrustado en la estructura; está roto en varias partes, ya que se apoyaron las vigas de la nave lateral cuando se cometieron trabajos de reforma y ampliación por el INC. 

Antes de acometer la rehabilitación del templo por parte del INC se encontraba la sacristía y baptisterio en su lado este junto a la torre. Además existía un amplio patio con un portón de madera y un pequeño cementerio en su lado oeste. En el templo se encontraron restos humanos ya que era costumbre enterrar a las personas en el interior de la iglesia. Los suelos originales eran de cantería, pero tras más de dos siglos se encontraban bastante desgastados. La estructura exterior fue revocada para prepararla para ser pintada y blanqueada. Anteriormente no se había procedido a pintar la iglesia. Siempre mostraba su aspecto original y la piedra de cantería se mostraba al exterior. No toda la estructura es de cantería. Hay muros de mampostería y muros y columnas de cantería.

Interiormente se traslada la sacristía de su ubicación anterior y se traslada al oeste del templo. Se suprimen las hornacinas donde  se encontraban las distintas imágenes del templo. La torre se elevó de forma considerable y se le dio ese aspecto típico del estilo del INC.

Exceptuando las pinturas del Altar Mayor de Jesús de Perceval, esta reforma es un gran error cometido que destruyó lo existente e intentó darle a la Iglesia un estilo para el cual no había sido construída.

 ÚLTIMA REFORMA. RECUPERACIÓN DE LO PERDIDO

La última gran reforma acaecida en el templo viene a recuperar lo perdido. Durante la gran reforma que realizó el Instituto Nacional de Colonización se cometió un atentado al patrimonio existente. Esta reforma de 2005 se intenta recuperar el templo original. Se realizó un enorme trabajo de reforma. En las esquinas exteriores se recupera la piedra vista de cantería que se encontraba tras el enlucido anterior. Se tapan los vanos que se abrieron en su portada principal. Se quita el porche que anteriormente se había construido, pero es imposible recuperar el porche original con teja que existió en sus orígenes. La Iglesia recupera en parte su esplendor. Aún así la torre sigue señalando las huellas que Colonización dejó en el templo. Se restauran las pinturas del Altar Mayor de Perceval. En conjunto el templo y sus detalles adquieren una armonía que no poseía. Se crea una escena más cálida, existiendo una continuidad entre elementos arquitectónicos y decorativos. Esta reforma es un gran acierto y hace que la Iglesia brille con mayor esplendor.